viernes, 30 de marzo de 2012

El árbitro, el botellón, el portero y el retorno del ¿por qué?

Los defensores a sueldo de Mourinho argumentan que los detractores del técnico portugués aprovechan cualquier cosa que diga The Special Onepara atizarle sin piedad.

Es una verdad mentirosa.

El mourinhismo mediático sabe perfectamente, aunque le interese hacer ver que todos nos chupamos el dedo, que Mou nunca dispara con balas de fogueo. La mala leche del portugués es entera, condensada, vitaminada y supermineralizada, y esto se ha podido ver, una vez más, en la rueda de prensa previa al desplazamiento de su equipo a Pamplona.

En su primera respuesta, teóricamente impecable en la forma, "espero que el árbitro, que es el mismo, pite igual de bien que la temporada pasada", envía una advertencia velada a Muñíz Fernández, estilo "cuidado conmigo, que sé donde aparcas".

Queja arbitral por adelantado, para marcar territorio.

En la segunda reflexión, en respuesta a la cuestión sobre la cercanía de una fiesta universitaria en las inmediaciones del hotel del Real Madrid, Mou se permite decir que "no me preocupa que haya una fiesta. Hemos descansado bien. Me hubiera gustado jugar el domingo, como pedimos, pero nos dijeron que era imposible porque se iba a jugar el Barcelona-Athletic..."

Queja sobre el calendario absurda y palo al Barça injustificado, porque efectivamente, el Madrid no puede quejarse de falta de descanso y porque el Barça no es responsable de que la UEFA no permita jugar en el Camp Nou el domingo (el hecho de que la fiesta de marras lleve celebrándose desde hace más de 30 años parece ser un detalle insignificante para la caverna -será que no hay hoteles en Pamplona-).

Para dejar claro que su equipo es una pobre víctima del sistema, ha preferido responder con un "no voy a hacer comentarios" a la pregunta concreta sobre el horario del partido del Camp Nou entre el Barça y el Athletic Club. Efectivamente, no responder no equivale necesariamente a criticar, pero sabiendo que el F.C. Barcelona no puede utilizar su estadio el domingo, no habría estado de más mencionar ese detalle. En caso contrario, probablemente, en un alarde de micción de colonia, Guardiola lo hubiese hecho, pero sabemos que su sinceridad impide a Mou excesivos alardes de elegancia.

Por último, y después de si ser muy hipócrita diciendo que "no hay historia con Iker, no tengo problemas con él", ha vuelto a sacar a pasear su queja perenne para hacer referencia al silencio posterior al partido de Villarreal, justificándolo en el hecho de no querer crear polémica por decir la "verdad" (¿verdad, qué verdad?): "no sé si es por mi o por el Real Madrid, pero siempre somos criticados".

¿Por qué? ¿Por qué?


@extrizquierdo

martes, 27 de marzo de 2012

Silencio... juega el Real Madrid.

Poco antes de completar su segunda temporada en el club, Sami Khedira ha entrado en la historia del Real Madrid.

Hasta ahora, si se quería poner un rostro al club blanco, las opciones eran Santiago Bernabéu o Alfredo Di Stéfano. Desde ayer, la cara que mejor representa al Madrid es la de un Khedira acongojado, interrogando con su mirada al dueño del club sobre lo que puede o no decir, sobre lo que puede o no hacer.



El mourinhismo en pleno, fanatizado movimiento que fagocita cada vez más al madridismo, asume la extraviada mirada de Sami y se lanza a una yihad mourinhista a la que el florentinato ha entregado el destino de la institución.

Si Mou impone la ley del silencio en el club, es para impedir fisuras en el discurso victimista que esgrime cada vez que el viento le sopla de cara.

No hablar se plantea como un acto de defensa ante una supuesta persecución contra el Real Madrid. Mourinho establece, en el mes de marzo, su primera excusa para lo que podría ser una hecatombe en el mes de mayo.

El madridismo mourinhista defiende lo indefendible en base a que Mou representa el pensamiento blanco. Y en ese pensamiento blanco, tocarle las narices al Barça es dogma de fe.

Es decir, si el mundo va contra el Real Madrid es por que existe un contubernio universal para beneficiar al Barça. Un Mou martirizado, equivale a un descarado trato de favor hacia el F.C. Barcelona.

Pues el mourinhismo se equivoca.

A la culerada, el silencio de Mou se la trae (nos la trae) al pairo y el barcelonismo tiene el todo el derecho a opinar sobre lo que ve.

Criticar las maneras, la actitud de José Mourinho no es, ni siquiera, una postura subjetiva. Todo aquel que esté liberado de la abducción a la que Florentino Pérez ha entregado a la afición blanca, coincidirá en el daño que el portugués hace al espíritu deportivo.

Pese a todo, quien ha de soportar a The Special One es su afición, y si disfrutan siendo proxenetizados, que les aproveche. 

No siempre vale todo para ganar.

@extrizquierdo

lunes, 26 de marzo de 2012

¿Cuándo una mano es tarjeta amarilla?

Al fútbol se juega con los pies. 

Cuando un jugador toca el balón con la mano o con el brazo, el árbitro debe señalar falta a no ser que la infracción sea meridianamente involuntaria.

Como es difícil que el infractor sea una fuente totalmente fiable para aclarar la involuntariedad o no de su acción, hasta ahora se había dejado en manos (nunca mejor dicho) del colegiado establecer cual era el criterio a seguir. 

¿Cuándo es involuntaria una mano? 

Normalmente, eso sólo lo sabía el jugador protagonista de la falta, pero en las últimas jornadas, ha quedado claro que el reglamento había estado aplicándose de forma errónea.

Desde esta temporada, las manos voluntarias son todas aquellas en las que hay un jugador del F.C. Barcelona involucrado. Las involuntarias, son todas aquellas en las que el balón golpea en un jugador del Real Madrid, especialmente si eso ocurre en el interior del área blanca.

Por si a alguien le quedaba alguna duda, nuestro amigo José Vicente Hernáez nos lo aclara en su impagable sección de los lunes en el diario Marca, "La otra Liga BBVA", en la que este señor reparte puntos imaginarios con los que justificar el liderato del Real Madrid.

Según Hernáez, aunque "el valenciano Ayza Gámez se excedió en la segunda amarilla a Thiago", tiene el morro de decir que "no se aprecia claramente si el jugador barcelonista se ayuda del brazo o del hombro para controlar el balón" pero "la lógica nos dice que es con el brazo, puesto que de haber sido con el hombro la trayectoria del balón habría sido distinta".

Es muy curioso que antiguos estudiantes de letras que no tienen ni refajolera idea de lo que es el punto de fuga, sean auténticos expertos en dinámica, cuantificando y planteando sin sonrojo complejas ecuaciones de movimiento.

Gracias a sus grandes conocimientos de la física del movimiento, todos pudimos darnos cuenta de que la vista nos engaña y que la mano de Sergio Ramos en el Benito Villamarín fue en realidad un muslo involuntario.

Pero lo más sorprendente del análisis de Hernáez sobre la mano que no fue, pero que debía de ser viendo como rebotó el balón, es que "en cualquier caso, la tarjeta es excesiva... a un delantero en carrera hacia la portería, nunca se le amonesta en estas circunstancias".

O sea, para Josevi es mano pero no es tarjeta.

Curioso. Lo que casi todos vimos es que fue hombro y que el señor colegiado expulsó a Thiago.

Menos mal que el merengón colaborador de Marca nos lo aclara en el destacado de su sección: 

"Manos como la de Thiago las hace Messi y no le sancionan".

¡Menos mal! Con esa aclaración nos quedamos mucho más tranquilos... A Messi no le sancionan nunca cuando toca la pelotita con la mano.

Lo extraño es que Messi cumplió ciclo de sanción, coincidiendo con Pepe, harto de que le amonestaran cada vez que tocaba el balón con la mano, mientras que Higuaín, Pepe y Sergio Ramos aún están esperando que algún árbitro considere que una mano en el área del Real Madrid pueda llegar a ser penalti.

Claro que viendo como José Vicente Hernáez considera en "su" otra Liga que la ventaja del Real Madrid no es justa, todo queda explicado.

Para el Sr. Hernáez, el Real Madrid no debería llevarle seis puntos al F.C. Barcelona... Debería llevarle siete.

Apaga y vámonos... 

@extrizquierdo

sábado, 24 de marzo de 2012

No me mires que te expulso.

Si en esta época en la que cuando un árbitro tarjetea a los rivales del Real Madrid, la caverna brama proclamando desconsiderados robos contra los reyes del señorío, yo fuese aficionado de la Real Sociedad, me preocuparía pensando en lo que puede pasar esta noche en el Bernabéu.

No es sorpresa, es cansancio...

Cada vez que el Real Madrid toca fondo, que se revuelca en el barro, una parte de la caverna tiende al disimulo.

Ya sea porque el Barça le mete una mano de goles a base de fútbol, porque Mou señala con su dedo el camino equivocado o porque Pepe pisa terreno prohibido, hay momentos en que la cara pseudoamable del florentinato mediático se toma un mínimo respiro, deja el trabajo sucio para sus mamporreros más radicales y aprovecha la evidencia de lo innegable para maquillar su bilis con portadas que, a posteriori, servirán de coartada para proclamar una objetividad que ni tienen ni pretenden. 

Ese pequeño respiro siempre es el preludio de un contraataque furioso con el que volver a la espiral de desvergüenza en la que se ha convertido su obsesiva campaña de acoso y derribo.

Ahora, cuando en el tramo decisivo de la temporada el Real Madrid de sus entretelas parece perder fuelle y la inmolación colectiva blanca se convierte en una posibilidad real y excesivamente acongojante, la estrategia es  meridiana.

Después de que algunos hayan cuestionado a medias el timorato planteamiento y la bochornosa actitud de Mourinho, el grueso de la caverna se siente legitimado para lanzar la ofensiva final con total desahogo, irremediable cinismo y  habitual desvergüenza.

Con la afición merengue al borde de un ataque de nervios, la caverna aprovecha la escandalosa decisión del Comité de Competición, que permite irse de rositas a la cuadrilla de macarras de Mou, para criticar la sanción a Pepe comparándola con la "exoneración" de Piqué.

Pepe llama "hijo de Puta" al árbitro, insulto que Paradas Romero refleja en acta como simple "desconsideración" (la madre del señor colegiado estará contenta), y el arma arrojadiza de Relaño se acuerda de Piqué.

Muy bien. Ya puestos, si a Pepe le caen sólo dos partidos por defecar en lo más sagrado, cambio un partido de suspensión a Piqué por otro a Cristiano Ronaldo.

En definitiva, aunque Sánchez Arminio no se entere, acusar de robo al árbitro debería ser más grave que denunciar cierta premeditación alevosa.

Eso si, Piqué comparte la portada de As con el descontrolado Pepe, pero del guaperas portugués no se acuerda ni el tato.

No es sorpresa, es cansancio...

viernes, 23 de marzo de 2012

Mou, ese gran barcelonista...

Hay cuestiones a las que, por obvias, no es necesario prestarles excesiva atención. Pero es difícil ignorar el papel que juega Mourinho en la palpable amenaza de inminente descuajeringamiento blanco.

La ventaja del Real Madrid sigue siendo sustancial y, en condiciones normales, debería ser el campeón de la Liga. Yo al menos, como culé irredento, cambiaría su situación objetiva por la del Barça sin dudarlo.

Pero no es esa situación objetiva la que ha desencadenado la actual histeria colectiva que recorre la competición.

La extraña coyuntura actual se debe a un factor subjetivo que todo el mundo conoce, pero que algunos medios (cada vez menos) se obstinan en ignorar.

El entrenador que se burlaba de la obsesión blaugrana por conquistar una Champions en el Bernabéu, está a un paso de demostrar que no es capaz de soportar la presión creada por la obsesión madridista de superar a un Barça admirado en todo el mundo. 

En solo cuatro días, Mourinho ha hecho mucho más que perder cuatro puntos de ventaja. Ha conseguido recordar a todo el mundo cuáles sus auténticos intereses (abrillantar su propio curriculum) y su auténtica naturaleza (ególatra hasta el límite de perjudicar a la institución que le paga). Ha conseguido demostrar que su Real Madrid vive obsesionado por un insuperable complejo de inferioridad inducido por él mismo.

Viendo que la presión del Barça ha convertido cualquier falta cerca del área de Casillas en una potencial amenaza para el hasta hace poco incontestable liderato blanco, The Special One ha empujado a alguno de los más insignes escribidores a sueldo de Florentino a convertir un lance reglamentario (como el castigo de una entrada con los dos pies por delante a dos palmos del suelo), en una inadmisible persecución hacia el Real Madrid.

Mou, cegado por su ambición personal, acabará por convertir en premonitorio aquel "con el Barça en el corazón" de la primavera de hace quince años. 


Si el Real Madrid no gana esta Liga, la impresentable actitud de Mou habrá prestado un histórico servicio al F.C. Barcelona.


Un año de Extremo Izquierdo.


Hoy hace un año, el 23 de marzo de 2011, decidía estructurar de algún modo, un contenedor donde volcar mi íntimo cabreo con la manipuladora caverna mediática.

Eran los días inmediatamente posteriores a las falsas acusaciones de dopaje vertidas contra el F.C. Barcelona por la COPE; se avecinaban los enfrentamientos entre Barça y Real Madrid en Liga, Copa y Champions y la presión mediática se disparaba hasta límites que rozaban el delirio colectivo.

La idea era constituir un sencillo archivo donde ordenar los tremendos desmanes de una prensa que, de la mano de una banda de voceros a sueldo, pretendía y sigue pretendiendo alterar el curso de unos acontecimientos que, amenazaban y siguen amenazando con cambiar el orden establecido por un entorno madridista demasiado acostumbrado a controlar el corralito del fútbol español.

Ese archivo de desinformación desbocada no tenía, ni tiene todavía, un destino definido, pero quedará al menos como humildísimo testimonio de la desfachatez con la que los grandes altavoces de este país han castigado y castigan a una audiencia a la que consideran absolutamente gilipollas.

Una buena parte de esa audiencia acepta ese engaño con enorme satisfacción. El resto, muchísimos más, no tienen, no tenemos medios donde informarnos decentemente.

Evidentemente, esa esforzada mayoría no ha encontrado, ni encontrará en este sencillo desahogo personal, ningún tipo de información. No lo encontrará porqué, por supuesto, no soy periodista, y lo único que pretendo es aliviar de algún modo, a través de la opinión, los enormes cabreos que me pillo recibiendo, voluntaria o involuntariamente, las majariles soflamas cavernarias.

La opinión aquí expuesta es personal. No soy objetivo ni lo pretendo, pero intento no caer en el insulto gratuito ni en la chabacana falta de respeto.

Si lo he conseguido... trabajo me ha costado. Si no, pido perdón a aquel despistado a quien hubiese podido molestar desde aquí.

Hoy hace año, no me planteaba la posibilidad de que alguien tuviese la extraña predisposición a leer alguno de mis artículos, pero a día de hoy puedo asegurar que algún esforzado si demuestra suficiente resignación como para flagelarse por aquí con los momentos estelares de la caverna mediática. No es culpa mía, aunque cuando quieran, tienen un café pagado.

En definitiva, agradezco algo avergonzado, que esos esforzados den sentido a este chiringuito, porqué ellos ya saben que en este país hay un lado oscuro controlado por las fuerzas del mal, que pretende imponer su dominio sea como sea. El lado oscuro tiene unos altavoces enormes y esto no es ni siquiera un altavoz. 

Esto es un susurro. El susurro de la Fuerza.



jueves, 22 de marzo de 2012

El robo inverso.

Real Madrid y Villarreal empatan a uno en El Madrigal, resultado que deja la diferencia entre Madrid y Barça en seis puntos. 

El árbitro, Paradas Romero, no pitó dos penaltis en el área del Real Madrid, uno de ellos, el agarrón de Arbeloa a Nilmar, de libro.

El madridismo, sin embargo, sigue sin querer enterarse de como funciona su entrenador, y después de un partido en casa de uno de los candidatos al descenso, que debía mantener al Real Madrid con una confortable ventaja de ocho puntos sobre el F.C. Barcelona, cae una vez más en la trampa del barullo mediático, reiteradamente perpetrada por The Special One, secundada por sus jugadores, ayudantes y portavoces y avalada por el florentinato mediático.

José Mourinho sigue creyendo que todo el mundo se chupa el dedo, y cuando las cosas se tuercen, genera la máxima confusión posible con aparente impunidad.

Esta vez, ha comenzado por señalar a uno de sus jugadores (en este caso Lass Diarra, sustituido en el minuto 28), ha lanzado a sus perros de presa sobre el árbitro (Rui Faria fue expulsado y Karanka amonestado) y, cuando las cosas se han puesto definitivamente feas, ha decidido martirizarse otra vez, haciéndose expulsar y perturbando a sus jugadores, dos de los cuáles, Ramos (por una provocada y merecida segunda tarjeta amarilla) y Özil (por desconsideración hacia el árbitro) son también expulsados, otorgando de esta forma, la consabida coartada de jugar los últimos minutos con algún jugador menos, hecho que pese a resultar irrelevante, aporta la necesaria excusa mourinhista de mal perdedor.

El hecho de que Lass Diarra viese una amarilla en el minuto 4, que conlleva suspensión para el próximo partido, o de que el leñero Xabi Alonso también fuese merecidamente amonestado, no puede utilizarse como argumento para justificar el increíble desquiciamiento madridista.

La única polémica a la que podría agarrarse la Central Lechera para justificar el papelón del Real Madrid en El Madrigal es el error de Paradas Romero al mostrar amarilla a Pepe después de recibir un golpe en la disputa de un balón. Parece un muy pobre pretexto.

Pero como la verdad estricta no es un obstáculo para aquellos que se rasgaban las vestiduras cuando la prensa culé denunciaba auténticos abusos arbitrales, una libre interpretación sobre lo que ellos consideran una primera amonestación a Marco Ruben (mostrada según el acta a Marcos Senna, y que habría tenido que suponer -siempre según ellos solitos- la expulsión del  delantero argentino -no reclamada, evidentemente, por ningún jugador ni técnico madridista durante el partido-), es utilizada como demostración palmaria de las aviesas y perjudiciales intenciones del árbitro contra el equipo del inocentón José Mourinho.

Y sobre todo, la señalización de la falta que supondría el empate del Villarreal (una falta clarísima de Altintop sobre Joan Oriol, al que entra con los dos pies por delante a pocos metros del área madridista), resulta ser la anhelada justificación para esos periodistas que pretenden hacer renacer el villarato express. El hecho de que por segundo partido consecutivo los blancos cediesen un empate como consecuencia de encajar un gol a balón parado en los últimos minutos, es motivo más que suficiente para acusar al colegiado andaluz poco menos que de delincuente común por el simple hecho de señalar esa clarísima falta. 

A partir de ahí, que Cristiano acuse de robo en vivo y en directo ante las cámaras no se sabe bien a quién, o que Pepe llame "hijo de puta" al árbitro en el túnel de vestuarios, no son más que la consecuencia del "premeditado" y "escandaloso" atraco arbitral que pretende "robar" al Real Madrid una Liga que, probablemente, acabará perdiendo el sólito por el simple hecho de estar atenazado por un insuperable miedo a la simple idea de, paradójicamente, llegar a perderla. 

La única estrategia que parece contraponer la caverna mediática a la psicología inversa utilizada últimamente por Guardiola, es la de recurrir al robo inverso. 

Es decir, denunciar a los árbitros por acertar cuando eso va en contra los intereses del Real Madrid y calificar como actos de mala fe las decisiones acertadas que contrarían a un cada vez más ansioso Mourinho.

Quedan diez jornadas. Que Dios nos coja confesados...

miércoles, 21 de marzo de 2012

La noche en que a Pedrerol le crecieron los enanos.

Cuando el F.C. Barcelona se impone 5-3 al Granada en el Camp Nou, cuando sigue presionando a un Real Madrid que parece llegar algo justo de fuerzas al tramo final de la temporada y cuando Leo Messi se convierte en el máximo goleador de la historia del Barça, la mayor preocupación en Punto Pelota, símbolo cavernario de las madrugadas televisivas, es demostrar que José Antonio Teixeira Vitienes robó al Granada.  

Es más, en el marco de la operación de reanimación por vía de urgencia del villarato, Josep Pedrerol no se limita a descubrir contubernios arbitrales en favor del F.C. Barcelona, sino que resucita también la mourinhista teoría del calendariato, denunciando un abusivo trato de favor hacia el Barça en el partido de Liga que tendrán que disputar el sábado 31 de marzo en el Camp Nou contra el Athletic Club. 

Es enternecedor ver el cariño que ha nacido espontáneamente en la caverna hacia el rival de los blaugranas en la final de Copa.

Pero anoche, con la orgía de madridismo mediático ya desbocada, se le descosieron las costuras del saco de la manipulación a la caverna pedrerolista. Y se le descosieron en directo... que jode más.

Después de que los inefables Roncero y Hermel se despachasen a gusto denunciando el robo sin paliativos a que había sido sometido el equipo granadino en el Camp Nou (pese a que Julio Pulido ya les había advertido que no se puede confundir a la audiencia), Pedrerol intentó que Dani Benítez, jugador del Granada, denunciase telefónicamente los abusos a los que había sido sometido su equipo en el Camp Nou.


Dani Benítez, sin embargo, se quedó tan ancho diciendo que el árbitro había repartido errores y no había perjudicado a su equipo. Después de eso, se despidió votando en directo en la habitual encuesta manipulada del programa, que ayer preguntaba sobre el posible canguelo del merengonismo. Benítez apostó espontáneamente por un Real Madrid muy acongojado... ¡Ni la encuesta funcionaba como era debido!


Inasequibles al desaliento, Roncero y Hermel siguieron con su espectáculo burlesco, denunciando el "clamoroso" fuera de juego de Messi en el 3-2, que además de adelantar al Barça en el marcador, suponía el gol oficial número 233 de Leo, lo que le convertía en el máximo goleador de la historia blaugrana.

La reacción de los obcecados y transitorios defensores del Granada ante la demostración aportada por Canal+ que demuestra que el crack argentino arranca en posición correcta, fue de supina ignorancia hacia las más básicas leyes de la perspectiva geométrica. Su reacción posterior a la evidencia incontestable de que no había fuera de juego, a través de la sucesión de planos en tres dimensiones, fue una infantil y penosa exhibición de muecas y tonterías varias.


Pero lo mejor de la noche llegó cuando, corriendo un tupido velo sobre el Barça-Granada, Punto Pelota pretendió erigirse en el mayor defensor de un Athletic Club (que ni necesita ni solicita ayuda) en relación con el asunto del horario del partido del Liga ante el F.C. Barcelona en el Camp Nou.

El problema es que el Barça juega en Milan los cuartos de final de Champions el miércoles día 28 de marzo, mientras que el Athletic se enfrenta al Schalke 04 de Raúl el jueves 29 en Gelsenkirchen. La normativa impone un descanso mínimo de 48 horas entre dos partidos oficiales, período de tiempo que no se cumple (por una hora) si el partido del Camp Nou se disputa el sábado 31 a las 22:00 h.

El F.C. Barcelona ha propuesto al Athletic Club retrasar el inicio del encuentro una hora, hasta las 23:00, ofrecimiento que el club vizcaíno ha desechado, entendiendo que acarrea más inconvenientes que ventajas.

El Athletic preferiría jugar el domingo a las 12:00 h. del mediodía. 


Lamentablemente (para Punto Pelota), el Athletic de Bilbao está mejor informado que ellos y conoce la normativa UEFA, que impide la disputa de un partido en cualquier estadio que haya de ser escenario de un partido de Champions en los dos días anteriores a ese partido organizado por la UEFA. Y el martes se disputa un F.C. Barcelona-A.C. Milan de Champions.


No hay otra solución que jugar el partido de Liga el sábado. El Barça lo sabía. El Athletic lo sabía. Punto Pelota ya lo sabe.

Ver como algunos de aquellos cuya profesión consiste en transmitir información, van envainándose, una tras otra, las mentiras manipuladoras con las que pretenden intoxicar a su audiencia sólo cuesta tener que trasnochar un poquito. 

Ver el careto de Tomás Roncero y Frédéric Hermel haciendo el ridículo... no tiene precio.

lunes, 19 de marzo de 2012

Mourinho también puede equivocarse... y no pasa nada.

No me gusta nada criticar a Mourinho (nooooooo...), pero Mou tuvo ayer dos errores muy grandes, y no pasa nada, porqué también puede equivocarse.

El primer error es que un entrenador que asegura que en un estadio como el Benito Villamarín es imposible ver dos penaltis como una casa, pueda ver en el Santiago Bernabéu como Ayza Gámez deja de señalar "dos penaltis enormes" en el área de un equipo que él nunca entrenaría (supongo que porqué le daría vergüenza empatar así contra el Real Madrid).



El segundo error es que un entrenador que cree que Guardiola es un caso único en el universo de los entrenadores por "criticar los aciertos del árbitro", se permita desaprobar decisiones arbitrales acertadas que no le benefician. 



Pero aunque sus errores sean enormes, no son criticables... (nooooooo).

Que se lo pregunten a Paramés.


@extrizquierdo

domingo, 18 de marzo de 2012

No todos somos iguales...

El Barça se impuso sin problemas a un Sevilla que de la mano de Del Nido se convirtió en el mejor equipo del mundo, y que de la mano de Del Nido va camino de convertirse en un ex equipo.

El del Sánchez Pizjuán fue uno de aquellos partidos que no pasan a la historia, pero que sirven para mantener viva la historia de esta Liga.

El 0-2, con golazos de Xavi y Messi, mantiene las esperanzas de los pocos culés que aún creemos que la cuesta de abril será muy dura para el Real Madrid.

Aquellos que han convertido los diez puntos en uno de los hitos de la historia del fútbol, parece que esperaban nuevos tropiezos de un Barça que ha demostrado estar dispuesto a competir hasta el final. 

Y ante esa persistencia en lo utópico, algunos de los que se excitaban con un pasillo en el Camp Nou, le han echado la vista al calendario y ahora parece extrañarles, incluso preocuparles, la misteriosa obstinación blaugrana en continuar disputando todos los partidos.

¿No sería más fácil que el Barça se centrase en la Champions? Al fin y al cabo, el Real Madrid ya ha conseguido eludir su mayor temor europeo: una eliminatoria a doble partido contra el Barça. A partido único, en una hipotética final, el madridismo se ve más capacitado para derrotar al mejor equipo del mundo. Y si no lo consiguiesen, siempre queda el desahogo del platinato.

Lo realmente grave, lo absolutamente insuperable, sería perder una Liga que ya dan por absolutamente ganada. Y para evitar cualquier sorpresa, para evitar la hecatombe, la caverna entiende que ha de animar a la culerada a bajar los brazos y echar tierra sobre cualquier atisbo de encabronamiento que pudiese conllevar una reacción que diese alas al sueño de la remontada.

Acostumbrados como están a lanzar mensajes manipulados de fácil digestión por parte de su público cautivo, los medios de propaganda blanca creen que la audiencia del otro lado de la trinchera es tan fácil de convencer, y se permiten el lujo de manejar las exhibiciones del Barça según sus necesidades.

De esta forma, si a Messi le anulan un gol por fuera de juego, Mediapro puede permitirse no ofrecer ninguna repetición de la jugada, no vaya a ser que pueda haber alguna duda y al final sea difícil ocultar el hecho de que al Barça se lo están poniendo muy difícil esta temporada.

Por supuesto, el tropezón de Reyes con Pedro dentro del área barcelonista si es repetida con todo tipo de detalles.

Deben creer, efectivamente, que el espectador culé, o es muy tonto o de muy buen conformar. 

Pero no todas las aficiones son iguales...


@extrizquierdo

jueves, 15 de marzo de 2012

El Celtic tendrá que hacerse protestante.

Los motivos que llevan a un aficionado a identificarse con su equipo son personales e intransferibles.

Ni todos los culés son independentistas furibundos, ni todos los merengues son unos ultrafachas carpetovetónicos.

Ahora bien, aunque al forofo su equipo le llegue al alma por un motivo determinado, cada club tiene una identidad propia que lo define como institución.

Algunos, como el West Ham, el Livorno o el Rayo Vallecano, están inevitablemente asociados a las clases obreras, mientras que otros, como la Lazio, el Hamburgo o el París Saint-Germain han sido vinculados tradicionalmente con la extrema derecha.

Evidentemente, puede haber un señor muy facha de Santander que sienta auténtica devoción por el Rayo Vallecano, o algún trotskista-leninista de Rimini que lleve a la Lazio en el corazón. 

La identidad de un club no determina la exclusión automática de los no alineados. A uno le pueden atraer los triunfos de un equipo, gustarle sus colores, identificarse con su filosofía de juego o admirar a alguna de sus figuras, y sin embargo no comulgar necesariamente con los rasgos más característicos de ese club, aquellos que atraen a un mayor número de simpatizantes o de forofos.

Ser del Barça, no conlleva tener que ser catalán ni catalanista, aunque el Barça es, sin ningún lugar a dudas, un club catalán y catalanista.

¿Ser de Madrid te invalida como culé? Todo lo contrario. Y los barcelonistas no catalanes lo saben mejor que nadie.

El mérito de defender unos colores muchas veces vilipendiados en el resto de España, hace que los aficionados del Barça de fuera de Catalunya, cuenten con todo el apoyo, y algo más, de los culés catalanes.

Quizá por eso resulta muy sorprendente que la caverna pretenda atacar ahora al Barça en base a unos comentarios de Guardiola y Xavi, según los cuales, el Barça es mucho mejor considerado en el extranjero que en el resto del Estado español.

Evidentemente, los mismos pseudoperiodistas que ahora buscan un nuevo flanco por donde atacar al Barça, saben que esos comentarios se refieren precisamente a ellos mismos, a una prensa hostil empeñada en ningunear y desprestigiar al F.C. Barcelona a través de la manipulación constante de la información, y no a los aficionados que hacen un barcelonismo ejemplar más allá del Ebro.

El Barça nunca ha sido excluyente. Siempre ha estado abierto al mundo, donde le representan miles de peñas. El Barça ha sido, y es, una importantísima herramienta de integración en Catalunya y un nexo de unión con otras comunidades.

El señor que es del Barça en Móstoles o en Albacete, lo es por los motivos que a él le den la gana. Será progresista o reaccionario, republicano o monárquico, animalista o taurino, carnívoro o vegetariano, pero será del Barça sabiendo que el Barça lleva las cuatro barras en su escudo.

Por eso, por mucho que moleste en lo más recóndito de la caverna, el Barça no dejará de ser un club catalán abierto al mundo.

Aunque si les parece entretenido criticar los cimientos de otras instituciones, esos tolerantes y abiertos de mente representantes mediáticos del florentinato, podrían proponer al Athletic Club que fichase a jugadores uzbekos, a River que se fusionase con Boca, o al Celtic de Glasgow que exigiese a sus católicos e independentistas hinchas abrazar el unionismo y el protestantismo más recalcitrante.

Eso si, que el Bernabéu siga cagándose en Catalunya y en los catalanes, que eso debe de gustar mucho en la Penya Madridista de Sant Feliu de Guíxols, y llenándose de banderas de España con el toro de Osborne, que es muy elegante y mola mogollón.


@extrizquierdo

lunes, 12 de marzo de 2012

El entrenador perfecto.

José Mourinho lleva unos días insistiendo en que es un entrenador imperfecto. 

Error. Alguien que hace bandera de una sinceridad a prueba de balas, alguien que se precia de "no ser para nada hipócrita", no puede comenzar a mear colonia a estas alturas.

José Mourinho es un entrenador perfecto... para el Real Madrid.

José Mourinho consiguó, a base de quejas, lloros y excusas, que la pasada temporada el madridismo no se descompusiese ante una nueva tanda de éxitos blaugranas.

Además, con la impagable... bueno, impagable no, inestimable ayuda de una solícita caverna mediática, José Mourinho convirtió eliminaciones y derrotas en victorias morales y elevó a la enésima potencia la conquista de la Copa del Rey.

Por si fuera poco, José Mourinho fue capaz de animar y agitar las campañas de acoso y derribo a Guardiola, al Barça y al estamento arbitral perpetradas por el aparato propagandístico florentiniano, creando el ambiente propicio para que el retorno esta temporada, a la normalidad histórica de ayudas al Real Madrid sea considerado, poco menos, que un acto de justicia divina.

Y es en ese entorno de salvaguarda arbitral de los diez puntos de ventaja, llamados a cambiar la historia del fútbol mundial, donde José Mourinho se revela, más que nunca, como el entrenador perfecto para el Real Madrid.

Después de haber difamado a todo aquello que se movía en dirección contraria a sus intereses, ahora José Mourinho puede permitirse el lujo de hablar bien de los árbitros, de estar de acuerdo con el calendario, de hacerse la víctima ante el pérfido Pep Guardiola, e incluso de reconocer que su equipo habría merecido empatar en el Benito Villamarín... 

Cuando tú equipo consigue el gol de la victoria con claro fuera de juego posicional y el beneplácito de un árbitro de 2ª B que, además, priva a tu oponente de dos de los penaltis más claros del año, declarar que el árbitro ha entendido perfectamente la filosofía del partido, pero que el empate hubiese sido un resultado justo, es una exhibición de cinismo y desfachatez sólo superada por la retransmisión y posteriores comentarios sobre el Betis - Real Madrid perpetrados por La Sexta.

Pero claro, cuando el entorno mediático merengue basa su estrategia comunicativa en la manipulación, José Mourinho es el entrenador perfecto para el Real Madrid.


@extrizquierdo

viernes, 9 de marzo de 2012

Tierra quemada.

Herodoto narra que, ante el empuje de las hordas persas de Darío el Grande, los escitas destruían toda aquella infraestructura o fuente de suministro que pudiese servir a los invasores para continuar con su avance. Ante la imposibilidad de aprovisionar a sus ejércitos, los persas no tuvieron más remedio que retirarse sin conseguir sus objetivos. 

Diez siglos más tarde, Atila, rey de los hunos, consiguió, a base del saqueo indiscriminado y la destrucción sistemática de los territorios fronterizos, arrancar un tratado de paz humillante para el emperador Teodosio, obligando al Imperio Romano a hacer entrega de una enorme indemnización y a pagar unos draconianos impuestos que garantizasen la salvaguarda de sus territorios.

La táctica de la tierra quemada vincula a los aspectos militares y económicos, una potente carga de carácter psicológico. Aplicada en territorio propio, se impide cualquier progreso del enemigo. Aplicada en territorio hostil, se destruye la voluntad de resistencia a través de la intimidación.

Pues bien, ante la fulgurante conquista de diez puntos de ventaja, la caverna mediática parece decidida, no sólo a neutralizar cualquier voluntad de resistencia rival, sino que pretende arrasar con cualquier atisbo de conquistas enemigas capaces de cuestionar el estratosférico botín que supone ser líderes de la Liga a principios de marzo.

Una vez más, todo vale.

El Real Madrid aún no ha ganado nada esta temporada. La Copa del Rey conquistada hace casi un año, queda minimizada ante los trece títulos conseguidos por el Barça de Guardiola.

Pero la hipotética consecución de un bien encauzado título de Liga, parece no colmar plenamente las aspiraciones de un descolocado madridismo mediático, incapaz todavía de digerir el desplazamiento de la hegemonía futbolística hacía la periferia de su feudo informativo.

Para gozar de triunfos futuros, el aparato de manipulación florentiniano, necesita borrar del mapa los éxitos pasado de un F.C. Barcelona admirado en todo el mundo.

Después de pretender satanizar a Guardiola, que por simple comparación ha enviado a su idolatrado Mourinho a las cloacas de la zafiedad, la incorreción y la asechanza; después de desprestigiar cualquier logro barcelonista, basándose en una compleja teoría de corrupción arbitral; después de poner en entredicho el talento de los juagadores del Barça a través de la ya sentenciada ignominia del dopaje; pretenden ahora demostrar la teoría del villarato, del platinato, de los "¿por qué?" de Mourinho, tergiversando las torpes, desafortunadas y despechadas declaraciones de Alfons Godall.

Cualquier cosa que hubiese dicho el vicepresidente de Laporta mientras fue directivo del F.C. Barcelona, hubiese sido puesta en entredicho por unas hienas pseudoperiodisticas que, ahora, le otorgan la máxima credibilidad porque quieren oír algo que, por mucho que les jeringue, Godall no ha dicho.

Y es que una cosa es que, cargado del resentimiento empozoñado por una guerra intestina de egos personales, el entorno de Laporta aproveche el hostigamiento arbitral hacia el Barça para recordar sus buenas relaciones federativas, y otra muy diferente es que ese mismo entorno, diga lo que la caverna quisiera oír: que Villar prevaricó en favor del Barcelona, facilitándole el camino para conseguir, de forma ilegal, unos logros que deberían haber correspondido al club de sus entretelas, al Real Madrid del todopoderoso Florentino Pérez.

Pero no. Decir que un buen trabajo en los despachos facilita un trato adecuado, normal, no es lo mismo que decir que mamonear con Villar te garantiza un trato de favor.

Que los árbitros no te perjudiquen, no es lo mismo que los árbitros te favorezcan. 

Claro que eso es difícil de entender para unos propagandistas del merengonismo nacidos y criados en un hábitat en el que lo normal era que Bernabéu controlase las relaciones institucionales con el franquismo, Saporta manejase los hilos del deporte español y José Plaza declarase públicamente su anti-barcelonismo.

En esa época, controlar los despachos era un mérito que demostraba el savoir faire madridista y la estulticia de unos catalanes que solo servían para trabajar y quejarse.

Ahora, los lloros de Mourinho representan el señorío madridista, mientras que las reflexiones guardiolistas encarnan la doble cara de un barcelonismo farisaico. Las reuniones "secretas" del presidente del F.C. Barcelona con el de la Federación Española de Fútbol en un céntrico hotel madrileño, son la palmaria demostración de la corruptela futbolera de esta país, mientras que los amigables almuerzos a tres bandas de Florentino con Villar y Platini, son una exhibición más del magistral control de la situación del ser Superior.

Aunque haya quedado demostrado que en España, considerar del mismo modo a Barça y Madrid, equivale a prestar un escandaloso trato de favor a los blaugrana, es evidente que algunos pretenden ignorarlo traduciendo interesadamente, a una audiencia ávida de sangre, unas declaraciones que podrían llegar a explicar lo que para ellos sigue siendo un misterio paranormal: que el Barça sea mejor que el Real Madrid.

Y al hacerlo, siguen creyendo que los que les escuchan son unos deficientes mentales, incapaces de entender lo que oyen.


Godall es tontolaba, rencoroso y poco previsor. Pero decir que Laporta era más simpático que Rosell, no significa que Messi, Xavi e Iniesta sean cojos.

Que sigan. Por mucho que pretendan arrasar con todo lo que ha conseguido el Barça, por mucho que pretendan aplicar la táctica de tierra quemada en su guerra contra el talento, lo único que conseguirán es demostrar que ni saben, ni nunca han sabido perder.

¡Viva el señorío!


@extrizquierdo