viernes, 4 de octubre de 2013

Se abre la veda.


"Me doy cuenta de que he cometido un error al ver tarjeta roja... no debería haber actuado de esta manera". Scott Brown, capitán del Celtic de Glasgow.

Pamplinas. Se nota que Scott Brown no ha jugado nunca bajo las órdenes de Mourinho... ni siquiera en el Real Madrid.

Cuando un jugador profesional de fútbol derriba y patea a un actor disfrazado de delantero del Barça, los cánones cavernarios indican que ha de comerle la oreja para que se levante inmediatamente, ha de protestar con cara de poseso a un árbitro condicionado por el platinato y, si consigue seguir sobre el terreno de juego (lo más habitual), reincidir en la próxima jugada... porque ya se sabe, "aunque hagamos 100 faltas, el árbitro no nos podrá expulsar a todos".

La reiteración de faltas sobre Neymar no es un fenómeno que se haya iniciado con su fichaje por el Barça. En Brasil lo ponían a caldo en cada partido, e incluso Piqué le dio un buen viaje en la Copa Confederaciones.. viaje que, por cierto, no hizo exclamar a nadie que Neymar fuese un teatrero.

Ya dijo Gerardo Martino que Neymar "tiene un estilo de juego que invita al rival a la violencia". Probablemente, la sinceridad del Tata volvió a jugarle una mala pasada, porque con un árbitro arbitrando, nada tendría que "invitar a la violencia", pero parece evidente que un jugador liviano físicamente, que encara sin complejos y que tiene la capacidad de desbordar a cualquiera, está destinado a acabar por los suelos algo más de lo que lo hacía Charly Rexach en sus buenos tiempos.

Lo preocupante no es que cosan a patadas a un futbolista que parece predeterminado a ello. Lo preocupante... lo preocupante no, lo escandaloso es que la autodenominada prensa deportiva de Madrid (¿prensa? ¿deportiva? ¿de Madrid? De Madrid si, claro... y del Real Madrid, más claro aún), se dedique a continuar sacando crédito del mourinhismo más rastrero.

La campaña es tan vergonzante, que ni siquiera se pone en duda la cacería (demasiado evidente incluso para el rincón más oscuro de la caverna), simplemente se dedica a hacer crecer la idea de que Neymar es el mayor cuentista en una plantilla de comediantes.

Lo más perverso del montaje no es ya falsear la realidad (algo a lo que el aparato de propaganda florentinista está demasiado habituado), lo realmente preocupante es esa sensación de que se está generando un caldo de cultivo para que a finales de octubre, en el Camp Nou, la defensa del Real Madrid tenga barra libre para salir a la caza del hombre.

Lo vengo diciendo hace días. Ojalá me equivoque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario