sábado, 26 de marzo de 2011

El lado oscuro es blanco (fíjate tu).

Hace mucho tiempo (hombre, llevamos ya unas temporaditas), en una galaxia muy, muy lejana... (ponle unos 600 kms.). Nos encontramos en un período de guerra civil (Dios nos libre). Las naves espaciales rebeldes, atacando desde una base oculta (si, si... en un pequeño país, allí arriba), han logrado su primera victoria contra el malvado Imperio Galáctico (en fin, yo diría que más de una). 

Y bueno, ese es el resumen. Calimero Ramos tiene envidia de que a Xavi y a Iniesta les aplaudan por esos campos de Dios, mientras que a ellos nadie les quiere. Y claro, a la caverna se le revuelven las entrañas ante tamaña injusticia.

El mundo mundial es gilipollas y está equivocado (sólo hace falta ver la jartá de samarretes del Barça que se ven en Españoles en el Mundo). Barça caca, Madrit bueno. Pues va a ser que no. 

Ser del Madrid es una opción como cualquier otra. Ese es un hecho objetivo. Si yo hubiese nacido en Lavapiés y mi abuelo me hubiese hecho socio al nacer, claro, sería del Real Madrid (o a lo mejor le preguntaría a mi padre que porqué coño somos del Atleti), pero a día de hoy, por mucho que la caverna se esforzase en hacerme ver que lo negro es blanco y lo blaugrana marrón chocolate, no tendría explicación para la prepotencia de Flo, la tontería de Mou, la chulería de Cristiano y las mentiras, precisamente, de la gruta mediática. 

El Madrid no es un proyecto, es una huida hacía adelante, y en esa huida no solo atropella a Pellegrinis, Manolos Preciados y al que pase por ahí, si no que se destruye a sí mismo porque no construye nada.

Hoy, o eres del Madrid, u odias al Madrid. Y eso no es culpa de los demás, es un problema suyo.

Que la fuerza os acompañe.

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