Mundo Deportivo
Martes, 6 de septiembre de 2011
Llevábamos meses intrigados por saber cómo están las relaciones entre los campeones del mundo cuando defienden La Roja. Todos los informativos han analizado imágenes y han hecho conjeturas. Muy distintas, por cierto.
Pero por fin el viernes Juan Carlos Rivero dio con la clave para resolver tanto misterio: la tangana final. La prueba del algodón. La que no engaña.
Después de la pelea y el pitido final hubo una pausa de publicidad. Al regresar, Rivero expuso su conclusión: "Bueno, pues han sido unas últimas imágenes que no son siempre edificantes, que no son muy atractivas desde de un punto de vista deportivo… Pero se ha comprobado que La Roja une lo que otros separan. Porque hemos visto en esta refriega a jugadores del Barcelona, del Real Madrid, del Liverpool, del Sporting de Gijón, del Atlético de Madrid, del Málaga, del Athletic de Bilbao, del Manchester City, del Chelsea y del Sevilla pelear a la una. Es decir, defenderse todos. Es verdad que no es edificante pero sí que les hemos visto profundamente unidos". Pues genial.
Llevamos años donde se nos ha insistido en que en La Roja no hay colores ni banderas porque es la de todos, pero a la hora de atizarse hasta hay lista de equipos. A partir de ahora, en cada tangana habrá que establecer relación de clubes participantes. Cuanta más variedad, mejor: más unidos todos.
Y ya saben, si tienen problemas familiares líense a puñetazos con los vecinos. Verán lo bien que les sienta. La familia que atiza unida, se mantiene unida.
Rivero descubrió el viernes un nuevo nivel en la escala de valores: los que son poco edificantes pero son para una buena causa. Entraría en esta categoría la de pegarse mamporros para fomentar la conciencia de equipo. No entiendo como Del Bosque no optó por provocar algo así mucho antes y acabar con todos los rumores, vamos. Lo que sea para mantener el espíritu de los campeones.
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