martes, 6 de septiembre de 2011

Más de uno se está poniendo nervioso.

El simpaticote, orondo y multimedia presidente del Santos Futebol Clube brasileño, Luis Álvaro de Oliveira, afirmó ayer ante los microfonos culés de RAC1, que "Neymar está más cerca del Barça que del Madrid". 

Minutos después, entró en directo en el merengón programa de Marca TV, Futboleros, para negar lo declarado anteriormente y afirmar que "Neymar no ha decidido nada".

Queda claro que el jugador ha salido a subasta, pero también queda claro que con un acuerdo cerrado entre su representante, Wagner Ribeiro y el Real Madrid, Neymar no ha abierto la boca para declarar que desde pequeñito es más blanco que don Santiago Bernabéu.

No importa demasiado si Ribeiro ha firmado un ilegal contrato con penalización en caso de incumplimiento (el Real Madrid no habría podido negociar con el jugador de espaldas a su club, por lo que una hipotética demanda debería resolverse en tribunales extra-deportivos, con el consiguiente daño para la imagen del club blanco, pero con un palo para el representante brasileño sólo comparable al que se habría llevado José Veiga, representante de Figo, si el jugador portugués no hubiese accedido a jugar en el Real Madrid para librarle de la cárcel), si Ribeiro ha pactado para él una comisión considerablemente más sustanciosa con el Real Madrid, o si Ribeiro es un madridista de corazón que desea con toda su alma que el chaval ayude al Real Madrid ha ganar la décima.

Tanto da. Lo que si importa es que más de uno se está poniendo de los nervios (como Roncero), porque al chaval no le ha dado por dar claramente la espalda al Barça, aún sabiendo que no ir al Madrid le supondría, como mínimo, un grave problema con su representante.

A la caverna le resulta paranormal que un primer espada, con el que han abierto informativos a propósito de un regate, decline jugar en "el mejor equipo de fútbol del siglo XX" para ponerle los cuernos con "los de ahí arriba" (que se lo digan a Villa o a Cesc). Aún así, la Central Lechera confía demasiado en los poderes del Ser Superior y no se atreve aún a cargar directamente contra Neymar (no sea que Tito Flo se enfade), aunque si va percibiéndose cierto cambio de rumbo orientado a cubrirse las espaldas en caso de que el chaval de la cresta acabase recalando en el F.C. Barcelona, club que de la mano de Rosell parece controlar mejor los tiempos en la negociación con el Santos.

Hoy oíamos, por ejemplo, a Ramón Fuentes en Directo Marca recordar que, al fin y al cabo, el jugador aún no ha demostrado nada y que su fichaje puede resultar una operación de riesgo.


Total, que si Neymar acaba en el Madrid será porque es una megaestrella mundial, mientras que si le diese por dar la espantá y largarse al Barça, estaríamos hablando de un proyecto inestable de jugador que, con su mala cabeza, no va a llegar a ningún sitio.

Yo no soy partidario del fichaje de Neymar, pero disfrutaría como un loco viendo el ataque de cuernos de Florentino y la consiguiente histeria por conseguir arrebatar al Barça alguna de sus figuras: ¿Iniesta, Thiago?

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