martes, 19 de abril de 2011

Diez empates y cuatro derrotas.

Echo una mirada a mi archivo y veo que de las últimas siete entradas, digamos que tres y media están dedicadas a Mourinho (¡oh, cielos! ¿estaré también abducido?).


Intentaré corregirme y, a partir de ahora, dejar de lado el genero gore.

No puedo, sin embargo, dejar de comentar algo evidente, absolutamente obvio, que todo el mundo sabe pero que yo no he oído comentar demasiado. Seguramente se han publicado ensayos, tesis doctorales e incluso colecciones enteras de comics sobre el tema pero, lo siento, a mi no me han llegado. El tema es ¿desestabiliza el Barça a Mou?

A raíz de la exhibición de complejo de inferioridad manifiesta que desplegó The Special One el pasado sábado en el partido de liga disputado en el Santiago Bernabéu contra el F.C. Barcelona, resuelto con un empate que sirve en bandeja la Liga al Barça y que, sin embargo fue celebrado como si de la Décima se tratara por una enfervorecida y, más que entregada, alienada afición blanca, mucho se ha hablado del fin último que llevó a Florentino a contratar a Mou: ganar títulos, y sobre todo, ganárselos al Barça.

Hasta aquí, más de lo mismo. Quiero decir, que llevo tres días oyendo y leyendo lo mismo, hasta la saciedad: el Madrid lleva dos años en blanco, en blanco frente al Barça (que hace más pupita), y habiéndolo probado todo, y eso teniendo a los mejores jugadores (bueno, a los más caros). ¿Solución? Fichar al mejor entrenador, el que gana más títulos y el que pone más de los nervios al rival a batir. Perfecto. De libro. Fichamos al anti-Barça, a un individuo capaz, él solito, de desestabilizar a toda una institución.

¿Qué consigue Florentino Pérez? Romper la principal regla en cualquier negociación, dejándole muy claro a la parte contraria (José Mourinho en este caso) que el Real Madrid cederá en lo que haga falta.

Florentino le entrega no solo las llaves del Madrid a alguien que, cuando le dan la mano coge el brazo, sino que entrega una afición acuciada por la aplastante superioridad de su enemigo deportivo a un ególatra obsesionado con dos cosas: pasar a la historia como el entrenador más laureado (sea con los equipos que sea) y hacer pagar al F.C. Barcelona y a su entorno las humillaciones a las que él cree haberse visto sometido durante su etapa en el club azulgrana.

¿Humillaciones? ¿Qué humillaciones? Mourinho tiene un concepto muy elevado, elevadísimo, de sí mismo, y nunca ha digerido que, a su llegada a Barcelona de la mano de Bobby Robson, se le presentase como traductor del técnico inglés. Las insinuaciones, reprobables sin duda, sobre las relaciones entre Robson y Mourinho, y la no continuidad en Can Barça después de la dimisión de Van Gaal, con el que llegó a ser segundo entrenador, abrieron una herida que, sin duda habría cicatrizado si Joan Laporta le hubiese contratado como técnico en el verano de 2008. Los éxitos de Guardiola, y la guerra definitiva abierta con la llegada de Mou al Real Madrid, han hecho prácticamente imposible un hipotético futuro en azulgrana de José Mourinho.

Llegados al momento clave de la temporada, y después de nueve meses de continuas rajadas del portugués contra el Barça, Mourinho acusa el 5-0 del partido de liga en el Camp Nou, y somete a escarnio a su afición planteando el primer partido contra el Barça de los cuatro en que deben ventilarse las tres competiciones en juego como si de un 2ªB se tratase. Regala definitivamente la Liga al Barça, y lo deja todo a que suene la flauta en la final de Copa (un título, es un título).

Ahora, con tres partidos en catorce días, es cuando se plantea la cuestión de fondo: Florentino sabía a quien contrataba, en que condiciones lo hacía y la respuesta que podía esperar. Mou no ha engañado a nadie, y ha intentado por todos los medios, entre otras cosas, desestabilizar al Barça. De acuerdo. ¿Pero era consciente Florentino de qué, probablemente, lo qué acabe sucediendo es que sea el Barça el qué acabe desestabilizando a Mourinho?

Como diría el clásico, fútbol es fútbol, y puede pasar cualquier cosa. Pero si el Barça gana la final de Copa, si la gana bien. ¿Cómo reaccionará Mourinho? ¿Cómo afrontará unas semifinales de Champions en las qué estaría por ver si su afición y su caverna continúan permitiéndole lo que no le permitieron ni siquiera a Capello? ¿Forzaría el cataclismo para poder seguir ampliando su palmarés en otras ligas, como la italiana, en la que no juega el F.C. Barcelona y donde cediendo diez empates y cuatro derrotas puedes adjudicarte el Scudetto?

Se aceptan apuestas.

3 comentarios:

  1. No sé qué decirte Javier, desde luego que si Mou no gana ningún título (y prácticamente quedan dos por disputar contra el mismo equipo) será un fracaso para el madridismo y para él en general. Mou vino como el antiBarça tú lo dices, y hasta ahora no lo ha sido porque está detrás en todo. Muchos esperaban que sólo estuviera detrás en cuanto a juego mostrado (muchos amigos se rieron de mí cuando les dije que el luso no iba a llevar a la excelencia al RM, estos mismos amigos eran los que estaban eufóricos por el empate que no vale de nada del sábado) porque sabían bien cuando lo contrataban lo que tendrían; con una pequeña excepción: el Barça no ha cambiado en nada, quizá tenga aún más ganas frente a la boca de algunos portugueses.

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  2. Que el barsa desestabiliza a Mou? Precisamente fue Mou el que echó al equipo catalán el año pasado de una final que ya daban por ganada. Dices que el Real jugó como un segunda B, pues no se, puedes tener razón, pero sería procupante que jugando así hiciera las mismas ocasiones de gol e incluso pudiera ganar el partido en los minutos finales y jugando con uno menos.
    Es la cantinela de todo seguidor culé en estos días, el decir que el Real jugó como equipo pequeño, haciendo referencias al señorío del club y a su grandeza y practicamente imponiendo su estilo de juego como único válido en el mundo del futbol. Realmente nunca me había dado cuenta hasta estos días la preocupación que tenían los blaugranas por que la historia del Madrid no se viese manchada con un planteamiento tan indigno. Cuando dolor ...
    Quizás debería haber jugado más valiente, ´quizás con Ozil en el medio repartiendo juego, quizás con Di María con vocación más ofensiva, quizás sin Pepe en el medio repartiendo abrazos, quizás encajando cinco goles como en la ida, ...
    Nada, lo dicho, que los seguidores cules no se preocupen del señorío del club que ya nos encargamos nosotros de protegerlos y pedirles (si no es mucho pedir), que dejen en paz a cada uno con su forma de jugar, que últimamente se permiten hasta exigir (con bastante prepotencia) el esquema de juego con el que uno debe jugarle al barsa.

    Saludos y suerte para todos.

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  3. Hola Xus.
    Gracias por tu comentario.
    Básicamente estoy de acuerdo con lo que dices porque no me parece demasiado diferente a lo que digo yo.
    Efectivamente, el Madrid pudo incluso ganar el partido y ahí es donde nos duele a los culés, en no haber sabido matar el partido.
    Efectivamente, el Madrid jugó un partido para que no le volviesen a meter 5. Como estamos hablando de fútbol, unos creeremos que eso demuestra la superioridad de uno y los otros defenderéis un gran planteamiento de Mourinho (¿a lo mejor es lo mismo?).
    Y efectivamente, como ya digo al principio de la entrada, son muchos días hablando de Mou. Estaré unos días desconectado. De vuelta, intentaré fijarme en otros temas.
    Tu lo has dicho: suerte para todos.
    Gracias de nuevo y espero que volvamos a comentarnos.

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