jueves, 22 de septiembre de 2011

El segundo año.

José Mourinho, el representante del Ser Superior en la Tierra, ha estado recordando, desde el mismo día de su llegada al Real Madrid, que el Barça era un producto acabado y que su Real Madrid estaba en construcción, que lo bueno llegaría en su famosísimo "segundo año".
Su letanía, más que en un mensaje de esperanza a los sufridos seguidores blancos, ha parecido una amenaza a toda la culerada y demás infieles no abducidos, en la línea de lo que predicaba un señor con barba hace ya unos cuantos años: "¡Arrepentíos pecadores, pues la hora del Señor se acerca, y ay de aquellos cuya alma se haya revolcado en el lodo del pecado!"

Es como si nos hubiese estado advirtiendo a todos aquellos que no comulgamos con el ideal merengue, que antes del inicio de su tremebunda segunda temporada (la hora del Señor) aún estabamos a tiempo de abandonar la herejía guardiolista (el lodo del pecado) para abrazar la "auténtica" fe del mourinhismo.

Lo que ha olvidado Mou, es que Messías sólo hay uno, y además juega en el F.C. Barcelona.

Agarrándose a su particular clavo ardiendo, en forma de Copa del Rey maltratada en un autobús, Mourinho acabó la pasada temporada sobreexcitando a sus jugadores y enardeciendo a sus masas, para, aprovechando el impulso, fundir al equipo en pretemporada e intentar comenzar la segunda temporadita de marras barriendo en la Supercopa de España a la perfida secta blaugrana.

La idea era buena, pero aunque la caverna ha intentado minimizar los daños elevando a carácter de dogma la optimista idea de que el Madrid ha alcanzado por fin al Barça, y que en la Supercopa, el equipo de Mourinho fue mucho mejor que el de Guardiola, la irreverente realidad vuelve a imponerse, y demuestra que dos resultados aparentemente iguales, como son los dos empates cosechados por Barça y Madrid en Mestalla y el Nuevo Sardinero, plasman dos realidades diametralmente opuestas, porque cuando ya ni el villarato sirve para esconder las vergüenzas, el infalible segundo año de Mourinho puede estar comenzando a convertirse en realidad en el segundo año de vía crucis para el madridismo.

2 comentarios:

  1. b.c.k.morenoymanchón24 de septiembre de 2011, 15:04

    Resultaba patético escuchar esta semana en las ondas de la cavernícola Radio Marca al ínclito Paco García Caridad (PGC) hablando pestes de Qatar, de su gobierno y de sus dirigentes. Escuchándolo se diría que el Barça había vendido la camiseta a un grupo de desalmados que asesinan mujeres y niños sin piedad y conspiran permanentemente contra occidente y la civilización cristiana; de modo que, a su lado, el mismísimo Bin Laden sería una angelito divino.
    En el fondo lo que le duele a PGC es que esos árabes paguen al Barça una buena cantidad de millones de euros, que han permitido al club azulgrana hacerse con los servicios de Cesc y Alexis y andar un poco más desahogados ante el poder económico inmisericorde de Florentino.
    Pues bien, que sepa PGC que si alguna duda tenía yo sobre que votar en la asamblea de esta tarde (soy compromisario), él mismo me la ha disipado. Votaré a favor de Qatar Foundation.
    Otro ratito os hablaré de Mourinho. Empiezo a temer por su futuro... y me duele.
    Salud a todos/as.

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  2. Para mi, el segundo año significa otro tipo de cambio. Algo así como esto:

    http://es.eurosport.yahoo.com/futbol/ruben-uria/article/29184/

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