miércoles, 9 de noviembre de 2011

Para que Javi no se aburra.

Rosell defiende una liga de 16 equipos. A la mayoría de clubes de 1ª división les ha faltado tiempo para expresar su disconformidad con una idea, aún no abiertamente debatida pero largamente insinuada , incluido el Real Madrid, que “está encantado con una Liga de 20”.

Parece relativamente lógico que una gran mayoría prefiera mantener un formato que les garantiza su participación en una liga de mierda en la que, según algunos, ya existen dos “conferencias”: una con dos equipos y otra con 18.
Por coherencia, el inefable Del Nido es el único en alinearse abiertamente con Sandro Rosell, mientras que otros, como Fernando Roig, presidente del Villarreal, prefieren no mojarse demasiado.
Y lo del Real Madrid, pues parece más un off the record ante un pensamiento del eterno rival, expresado  en voz alta en Zürich en el marco de la reunión International Football Arena, que no llega, de momento, ni a rango de propuesta.
Y no se entiende demasiado bien, más allá de querer quedar bien, de momento y ante un debate aún no planteado oficialmente, con la clase media del fútbol español, que el Real Madrid pueda no ver con buenos ojos una progresiva reducción, de 20 a 18 y de 18 a 16, en el número de equipos integrantes de la 1ª División.
Resulta evidente que la Liga es una competición en la que, el enorme potencial de Barça y Madrid, sitúa en una paradójica falta de competitividad a equipos que, temporada tras temporada, prefieren dosificar esfuerzos en sus enfrentamientos contra los opulentos dominadores del cotarro.
Es irrelevante que el entrenador de uno de los dos potentados de la Liga, apoyado por sus palmeros, acuse a los más débiles de regalar sus partidos cuando juegan contra el campeón vigente aunque después vista sus triunfos ante esos mismos rivales como exhibiciones de calidad superlativa.
El hecho es que de los actuales 20 equipos que componen la 1ª división de la Liga española, un mínimo de cuatro no tienen el nivel competitivo necesario.
Por no herir susceptibilidades entre las actuales cenicientas de 1ª, podemos recordar que entidades históricas, como Numancia o Extremadura, merecedoras de todo el respeto y que incluso se permitieron vencer a alguno de los dos monstruos sagrados, no pudieron evitar un paso efímero por 1ª, en el que sin embargo, obligaron a desplazar el circo de la Liga de las Estrellas a terrenos de juego como Los Pajaritos o el Francisco de la Hera.
Es comprensible que todo el mundo quiera enfrentarse, un par de veces por temporada, tanto al Barça como al Madrid. Además, más de uno, y más de dos, de los equipos instalados en la quiebra técnica, sufren cada final de temporada angustiosas situaciones para evitar un descenso que, en la dramática coyuntura actual, podría llegar a suponer su desaparición.
De todos modos, es obvio que la posibilidad de repartir más equitativamente entre menos interesados el pastel de las televisiones, y una reorganización más imaginativa de la 2ª división, dividiéndola por ejemplo, en grupos territoriales que propiciasen un mayor número de enfrentamientos de máxima rivalidad, haría crecer el nivel competitivo y potenciaría el espectáculo.
Todo ello sin hablar de la más que necesaria descompresión de un calendario que, con la exigencia actual, permite que jugadores de 28 o 29 años superen estadísticamente, en número de partidos jugados con sus clubes, a auténticas leyendas del pasado.
Con todo eso, además, evitaríamos que Javier Clemente se aburriese viendo al Barça jugando contra el autobús de algunos correligionarios de 1ª.    

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