miércoles, 2 de noviembre de 2011

El engaño permanente.

Pocos jugadores han tenido garantizado, a los 24 años, un lugar de privilegio en la historia del fútbol.


Ese privilegio conlleva el reconocimiento generalizado de la afición y de los medios internacionales además de, en el caso de Leo Messi, la persecución, por lo civil o por lo criminal, de determinados grupos mediáticos obcecados en invertir el actual desequilibrio de fuerzas en el fútbol español.

La incontestable superioridad azulgrana en las últimas temporadas, ha arrastrado al Real Madrid de Florentino Pérez, a realizar una serie de inversiones, tanto en jugadores como en técnicos, sólo comparables a las efectuadas por desbordantes jeques árabes o desmedidos magnates procedentes de la antigua Unión Soviética.

Esos inversores, han jugado a la compra de cromos mediante la estruendosa adquisición de clubes de segunda fila, a través de los cuáles han buscado su proyección personal, aupándolos en ocasiones hasta cotas nunca antes alcanzadas en sus competiciones domésticas e incluso destacando en el concierto europeo, pero sin conseguir todavía, en ningún caso, la siempre soñada Champions.

En el caso del real Madrid, el reconocido objetivo de pagar incluso más de lo necesario por todo aquel elemento considerado indispensable, ha sido el de alcanzar lo antes posible a un superlativo Barça que, valiéndose, evidentemente, también de su poderío económico, ha sabido implementar, además, una ejemplar política de cantera.

A día de hoy, con todos los títulos de esta temporada aún en juego (excepto la Supercopa de España), el balance de los últimos tres años ha sido, para un potenciadísimo Real Madrid, de una Copa del Rey.

Muchos clubes matarían por incorporar a sus vitrinas un trofeo como la Copa conseguida la pasada temporada por el club blanco, pero por mucho lustre que se le quiera dar, ese único título sabe a muy poco en el entorno madridista.

De este modo, y viendo que el margen de mejora del Real Madrid comienza a ser muy pequeño, ya que ha alcanzado un nivel que, en cualquier otro contexto hubiese sobrado para arrasar en España y en Europa, la estrategia mediática más cercana a los intereses blancos ha optado, después de fracasar con canguelos varios, villaratos y platinatos, guardiolofobia persistente y demás teorías conspirativas, por apuntar decidida y definitivamente al indiscutido e indiscutible mejor jugador del mundo.

Con la maquinaria pesada de la propaganda madridista en marcha y enfocando directamente a Leo Messi, el único contratiempo ha sido que el crack argentino ha seguido sin alzar la voz, sin tener ninguna salida de tono (más allá del superexplotado escupitajo a Duda en 2008 o del megacriticado balonazo a la grada del Bernabéu de la pasada primavera) y, sobre todo, sin bajar su estratosférico nivel de juego.

En estas condiciones, parece difícil menoscabar al símbolo de la edad de oro blaugrana, aunque cualquier excusa, por rebuscada que parezca, es buena para meter un intereconómico pitón hasta lo más hondo.

Así pues, y en vista de que Messi lleva esta temporada una media de más de un gol por partido, ha sido imposible desaprovechar la oportunidad de atacar con toda la artillería cuando el anterior, actual y próximo balón de oro, ha dejado su marcador particular a cero durante la friolera de tres partidos seguidos.

No ha importado nada, que de esos tres partidos, su juego fuese muy brillante en el primero, contra el Viktoria Plzen en Champions (con jugadón para los anales incluido), que fuese bueno contra el Sevilla en liga (pero con fallo de penalty en tiempo de descuento) y que fuese, eso si, discrteo contra el Granada, también en liga. Balance global del equipo en esos tres enfrentamientos: dos victorias, contra Viktoria y Granada, y un empate, en el estadi, contra el Sevilla..

La estrategia de desestabilización estaba en marcha y no era posible detenerla. ¿La innovación más destacable? La reacción de los perpetradores, cuando a posteriori, y ante dos impepinables hat-tricks consecutivos de Messi, han decidido darle un giro copernicano a la situación, pasando de ser los interesados verdugos de un jugador estelar, a las víctimas de una desaprensiva conjura de los medios barcelonistas, aliados con oscuros intereses políticos, que se han permitido acusar, a los inocentes y bienintencionados estandartes cavernarios, de levantar falso testimonio contra el 10 del Barça, anticipando una debacle en su estado de forma que, como fuese, tenía que llegar hasta el choque de liga en el Bernabéu del próximo mes de diciembre.

Ahora parece ser que los principales altavoces mediáticos de la capital, se han limitado a comentar un "evidente pero transitorio" bajón en el estado de forma de Messi, siempre bajo un punto de vista totalmente objetivo, con sano interés informativo y, evidentemente, con el mayor de los cariños.

Perdonen ustedes, pero ¡una mierda!

La prensa deportiva en España no es objetiva ni imparcial. A lo mejor (o a lo peor) ni siquiera es necesario. Pero defender unos colores no autoriza a mentir con toda la desfachatez del mundo. La caverna puede proclamar a los cuatro vientos que Cristiano es mejor que Messi. Allá ellos. Aunque no se lo crean, transmiten una opinión. Pero propagar el mensaje de que Messi está acabado por qué no marca cuatro goles por partido, para después decir que donde dije digo, digo Diego, y tratar de tontolaba a todo aquel que consume su información, es un ejercicio de cinismo y falsedad en grado de supina desfachatez.

No hay otra explicación, para semejante barra libre de impunes falacias, que la asumida decisión de la clientela cavernaria de vivir en un permanente engaño. Engaño de más fácil digestión que la blaugrana y cruda (para ellos) realidad.

1 comentario:

  1. Javier, sublime. ¡Qué bien escribes!

    Esta noche, no pienso verlo obviamente, en Putos Pelotas van a hacer una pregunta para hacer caja, habrá miles de idiotas que se gasten los € en los sms, y la pregunta es: ¿Nos hemos portado mal con Messi en Punto Pelota? No sé la respuesta, pero sabiendo quién ve esa propaganda que recuerdan a otras épocas, te adelanto, sin riesgo a equivocarme mucho, que mínimo el 57% de los que se van a gastar la pasta hoy con esta gentuza, van a decir que obviamente NO. Si no, ya se encargarán de falsificar los datos para que salgan ad-hoc.

    Lo mejor es que sigan por esa senda, que nos hacen reir mucho y Messi les contesta como sabe, que es jugando al fútbol como los ángeles.

    Hoy he escrito un tweet en @DavidSanchez007 que dice así: "Si el fútbol es poesía, Messi es Pablo Neruda". Sé que es un poco cursi, pero una realidad como un templo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar